Película argentina del año 2018. Un grupo de filmación viaja al pueblo de Epecuén para realizar un documental acerca de la crecida del lago que provocó la inundación y destrucción de dicho pueblo. Acompañados por una sobreviviente de la tragedia, el grupo se adentra en el pueblo en ruinas sin saber que una familia de maniáticos los está esperando para cazarlos. Una película sumamente discreta, con una trama básica que le cae muy bien, pero como toda película argentina el problema está en el desarrollo de los eventos. Por momentos, las escenas no tienen consecución una con la otra, no tiene sentido lo que sucede en una escena, con lo que sucede en la siguiente. Las actuaciones zafan bastante, pensé que serían deplorables y debo admitir que son bastante aceptables. Por otro lado, los asesinos están poco logrados y ultra exagerados, pero los homicidios son bastante crudos basándonos en la perversión de los mismos. Los efectos me sorprendieron, por lejos quizás son lo mejor de la película, pero es todo demasiado bizarro. Si bien la película tiene algunas pinceladas interesantes como por ejemplo su ambientación, otros elementos son muy malos, como por ejemplo la pésima musicalización. En cuanto a la trama, está buena pero como ya dije, muy mal llevada. No me esperaba nada de esta entrega, y realmente cumplió con creces.